terça-feira, 6 de novembro de 2012

De lo sutil en la masa





Agregar o sustraer de lo cotidiano una de sus partes enrarece  sus esquemas y evidencia el carácter autómata  de sus formas, dejando en su lugar, un espacio para la reflexión de lo que consideramos la norma del día a día. Me refiero a lo rutinario de  la ciudad, como paradigma que desgasta nuestras percepciones, nuestros afectos. subvertir sus efectos es el principio de una dinámica mas lucida y abierta a lo “atípico”.



Durante límites México, surgió la inquietud de realizar una acción alterna durante las derivas que se iban realizando a lo largo de la ciudad, mientras buscábamos establecer sus limites. A  partir de colocar  una grulla de papel en las bancas y cabinas telefónicas, se buscaba crear un enlace con los transeúntes un “guiño”, por así decirlo, a su escenario por demás rutinario. En el interior de los dobleces  se encontraba un haiku, el cual invitaba a la reflexión contemplativa, al final del poema se colocaba un mail al cual remitirse, si así se deseaba, con la esperanza de entablar un dialogo.



Hoy el roció
borrara lo escrito
en mi sombrero


Lo que sucedió después, fue algo sorpresivo a lo que se esperaba como respuesta. Continuando con la acción( ahora dentro de las estaciones del metro),  me encontré con una grulla blanca con ligeras variaciones en su forma en relación al origami que realizaba para la acción (además de que me valía de hojas de colores para hacerlas), esta estaba a un metro de donde se había dejado la primera grulla.



El “mensaje en la botella” tuvo respuesta, fue correspondida con el mismo gesto, a pesar de que en su interior no había nada escrito,  la acción tuvo un efecto. La idea, es imaginar la sorpresa de quien encuentra  con beneplácito un objeto que le roba su atención y le confiere a su día un guiño. estableciendo una interacción a partir de un objeto de mínimo en un un espacio donde no existen relaciones sociales mas allá del intercambio comercial.






¿qué me queda de esta experiencia?

La sensación de un limite que no reside en la geografía insondable de la ciudad, que no se observa desde lo alto, ni se intuyen  en sus fronteras. El limite esta en todos, es esa individualidad abrasiva la que nos aísla en muchedumbre solitaria, inaccesibles los unos a los otros por medio de la indiferencia, restablecer los limites del individuo y pasar la franja del miedo entre los iguales es la base de una unidad activa y democrática.


Se esperan náufragos.


Texto: Amado Cabrales  Fotografías: Joacélio Batista